Hacienda Santiago Ovando

Relato





Porfiria y la niña llegan a casa, 2 libretas y dos lápices ocupan la mesa, para cuándo llega el niño se sorprende verlos! sabe lo que significa, tendrá que ir a la escuela. Ambos niños se van a un rincón cuchichean y la niña le explica a su hermano todo lo que sucedió, le platicó de su ida a Nopalucan, de como en la iglesia le dieron un papel donde constaba que habían sido bautizados ahí, también que porfiria pasó a la tienda del pueblo y que le fiaron el par de libretas y los lápices los que les dijo el tendero que eran necesarios para que los niños fueran a la escuela, al niño no le pareció nada agradable la noticia tener que ir a la escuela él estaba acostumbrado a andar de vago por la laguna y los llanos buscando a que pegarle con la resortera, Porfiria empezó a calentar tortillas para la cena los frijoles y los chiles, el niño se mostró molestó todo el tiempo pero esto porfiria no le interesaba. Ya comiendo el niño que comía muy despacio hacía gestos de disgusto y Porfiria inició la plática.


-Ora que trais chamaco?
-Nada señora!
-Tons porque tienes la cara de chintete?
La niña se tapaba la boca ocultando su risa. El niño la vió molestó y contestó:
-No pos... nada! ... Es que me dijo mi hermana que mañana vanos a la escuela y a mí naiden me preguntó.
-Ahhh!... Ora resulta que tengo que preguntar los ñiños cuando voy a hacer algo!...
-No... Pos no!... Pero... Nada!
El siguió comiendo molesto,
-Pos ya se van a l'escuela y ya!

Porfiria comía de su plato cuando se quedó viendo un momento las cenizas de la hornilla, algo notó y se levantó de la mesa, el bocado que tenía en la boca lo pasó como si fuera muy amargo, tomó un pequeño pedazo de papel que asomaba en una orilla y se dió cuenta que era la parte de un sobre, volteó hacia la canasta con las cartas de su hijo y se dió cuenta que hacían falta muchas, recordaba que la última vez eran más. Sintió como un cubetazo de agua helada cuando descolgó la canasta y confirmó la falta, La niña tenía una cara como de haber visto un fantasma cuando Porfiria la veía fijamente, adivinaba que algo muy malo había hecho!

-QUE HICITES CHAMACA?
-...
-CONTESTA HIJA LA FREGADAAA! QUE HICITES?

El niño se levantó de su silla y se puso frente a su hermana cómo para recibir los golpes que le tocaran, pero Porfiria estaba muy molesta y lo quitó de un empujón a un lado! La tomó de los hombros y con ojos llenos de lágrimas Porfiria la veía directo a los ojos buscando respuesta. La niña lloraba sin saber exactamente porque y cerraba los ojos esperando la golpeara la mujer, El niño que se incorporaba se quiere meter entre ambas y Porfiria la suelta y se retira de los niños, toma la orilla de su falda y a modo de pañuelo limpia ojos y nariz, sollozando dice:

-Vaiganse a dormir chamacos, Y NUNCA!! NUNCAMENTE AGARREN LAS CARTAS DE LA CANASTA!

Los niños se fueron al cuarto dejando los platos a medio comer, Porfiria siguió llorando un par de horas más mientras acomodaba en la canasta los sobres sin abrir. Se calmó ya se le habían acabado las lágrimas y después de lavar los trastes se fue al cuarto, los niños decidieron no dormir en la cama y durmieron debajo de ella sin cobijas autocastigandose por algo que sabían hecho mal aunque no tenían claro que, Porfiria sacó a la niña dirmia y la cargó y puso en la cama, cuando iba a sacar al niño el se levantó solo, la vió con los ojos tristes y compungido y le hizo señas para que se acostara, cuando Porfiria se iba a acostar el llanto regresaba y para no despertar a los niños se salió al escalón del cuarto a sollozar, después de unos minutos el niño se sentó a su lado.

-Que le pasa asté señora? Porque chilla?
-Nada chamaco, vete a dormir, ándale!
-Si mi hermana hizo algo malo dígame pa' que no güelva a hacerlo!
-Esas cartas, no las deben agarrar, son cartas de mijo y nomás eso tengo de el, tons no las agarren.
-Pos... Si asté quiere pegueme pa' que se desquite, ancina ya 'tamos a mano.
-No chamaco! Pa' que te pego? Que gano? Ya vete a dormir ándale!
-Mi amacita me pegaba y aluego ya se estaba bien, pegueme!
Porfiria medio sonreía y le daba un leve cozcorron.
-Ya! Ora a dormir, orale!
-Esas cartas que dicen?
-...No se!... Naiden las leyó...
-Tons... Le voy a asté a decir algo!... Voy ir a la escuela a aprender a ler y escrebir y le voy a asté a reponer las cartas que falten. Pero... No nos vaiga asté a correr.

Porfiria se le quedó viendo mientras el jugaba con un dedo en el piso trazando nada, suspiró y ordenó por última vez.

-Ya vete a dormir ñiño! Nomás, no güelvan a agarrar las cartas y busquen olotes o leña pa' hacer lumbre. No los voy a correr.

El niño se levantó y se fué a acostar mientras Porfiria pensaba en todo lo que pudieron decir esas cartas y se fueron con las flamas, tenía que ver la forma de saber que decían las que quedaban, tal vez hasta otra foto había en algún sobre. Jugaba sus manos nerviosamente mientras la noche avanzaba.

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