Relato Hacienda Santiago Ovando

El sábado llega y Porfiria no deja ir a Gumersindo a cazar, lo llama al ver que toma la resortera.

-Ven, ven chamaco! Hoy vamos a hacer yo y tú hermana las gordas para Don Raúl pero te voy a decir que no vaigas a trair presas hoy! Ya hasta me duele la cabeza de comer carne todos los días! Yo creo que hoy mejor te buscas unas malvas o quelites! O a ver si hay unas Verdolagas por la orilla de la laguna! Anda! Ve y no traigas nada de carne hoy!

El niño solo movió la cabeza positivamente y salió! Las mujeres se fueron al comal de barro que humeaba por los lados, las memelitas llenaban el canasto y las salsas ya se matajaban en el molcajete, la señal de prepararlas fue cuando el cacahuate se despertó con las orejas paradas viendo al horizonte y salía corriendo rumbo al zaguán. Don Raúl había llegado. El chófer lo dejó en su casita y se fué en el carro como siempre y no se sabría nada de el hasta el domingo en la tarde noche cuando regresara por el patrón.

El plato lleno de memelitas rojas y verdes con cebolla picada van en camino y se ve la camioneta del encargado llegar de visita, Porfiria toca a la puerta donde se ven a los dos hombres esperando el desayuno, sin interrumpir su plática Porfiria pasa y da platos a cada quien y pone agua para café soluble a calentar en la estufa de gas de Don Raúl, deja todo servido y sale, el cacahuate toma su lugar al lado de la puerta y ahí se queda sin seguir a a Porfiria, llegando ve a la niña que ya está alistando la ropa para lavar pero no cerca del lavadero, pone en una sábana todo y se alista a ir a lavar a la laguna.

-Onde crees que vas a lavar? Aquí hay lavadero! Pa' que ir tan lejos?

-Pos... Pa' dar la güelta! Ya me cansé de nomás estar aquí en la hacienda! Asté no se cansa de no salir?

-Pero si salgo!

-Ora! Ir al encuentro del pastor no es salir doña! Vaiga asté a caminar juera! Es bonito! Antes mi amá nos llevaba a Nopalucan o San Marcos! Nos compraba pan y ibanos a la iglesia a misa!

Porfiria se quedó pensando:

-Eso de ir la iglesia si es importante! Disde mañana vanos a misa a Nopalucan! Nomás es ver a qué misa! Porque tenemos quihaceres! ... Pos si quieres amos a la laguna a lavar, tiene años que no voy pa' allá! Siguen llendo más mujeres?

-Ora! Van hartas! De la coloña y de aquí nomás iban mi amacita, Doña Chencha y Doña Tachita!

-Ahhh mira!... Pos vamos... Ora!

La caminata le hizo a recordar muchas cosas a Porfiria, al llegar encontró la piedra que en su momento fue su lavadero y las piedras vecinas de su madre y la de su abuela desocupadas, suspiró involuntariamente, la niña la invitó a ocupar una piedra más cercana a las otras lavanderas mientras deshacía el nudo de la sábana y sacaba la ropa, varias mujeres que la conocían bien la saludaron, caras conocidas por el uso comunal del molino de la colonia, Porfiria se incó tomando la posición normal para lavar al nivel de piso, al tallar las primeras prendas sonríe al escuchar una ocurrencia de las demás mujeres que al ver que causaba gracia seguía con su plática con más ocurrencias que provocaban la común risa de sus compañeras! Así, el día de Porfiria fué de lo más grato, la ropa tendida sobre el pasto se secó y ella y la niña metieron otra vez en la sábana que amarró y alistaban a cargar e irse cuando vieron al niño Gumersindo con un gran tercio de quelites que dió a Porfiria y el cargó la sábana con ropa! En la caminata de regreso Porfiria va rezando pidiendo por los niños que en ese momento de su vida la hacen felíz!

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