Relato

El encargado llegó a la cocina de Porfiria, notó a la mujer con un rostro muy diferente a meses antes, sonriente, rejuvenecida, el entró y tomó una silla al quitarse el sombrero como si fuera su casa.

-Güenos días Doña!

-Güenos días Don!

Porfiria puso un par de tortillas en las brasas a calentar, en un plato servía frijoles hervidos con epazote tibios, un jarro de agua y los ponía frente al hombre que ponía unos billetes al centro de la modesta mesa.

-Con estos centavos tiene asté para unos días, va a asté a Nopalucan el sábado?... Desde que hicieron la carretera un lado ya no hay tanta gente, Ya solo unos cuantos puestos que hay!

-Yo mando la Patricia que me traiba mis cosas, No voy porque hay que subir a las carretas y yo no me gusta...

-Tons? Si un día necesitas de doitor o algo como le hace?

-Pos me voy caminando!...

-Y si la enfermeda' es en las piernas?...

Porfiria se encogió de hombros.

-Pos ese día se verá!

El hombre comía los frijoles gustoso mientras Porfiria calentaba un par más de tortillas.

-Oiga Doña!... Yo le quiero decir asté algo!

-A ver... Ora que?

El, tomaba la parte más blanda de la tortilla y se la arrojaba al perro que la esperaba mientras comía a modo de totopos lo demás, mientras el crujir en su boca se escuchaba también sus palabras.

-Yo creo que debe asté de pensar en mandar los chamacos a la escuela que está en San José!

-Ora! Porqué o pa' que?

-Pos, es que necesitan aprender cosas como ler y escrebir!... Cosas que les sirvan pa' más adelante!

-Ja! Yo no sé nada de eso y ya toy vieja y de hambre no me muero! Ora el chamaco es regüeno pa la liga! Y ya la chamaca sabe hacer las tortillas y ya le toy señando a hacer de varios guisaos! Que más necesitan?

-Asté sabe que si alguien sabe ler y escrebir les va mejor! Ya ve su marido o sus hijos!... Piense en que va a pasar con ellos cuando sean grandes! Santiago Ovando va cambiando! Ya no es nada de lo que jué! Y eso no va a regresar, si un día Don Raúl falta y los corren que va a ser de su vida? Cada vez hay más y más gentes! Piense asté!

Porfiria volteaba tortillas de las brasas mientras pensaba en cada palabra que le decía el encargado.

-A lo mejor tiene asté razón. Que se necesita pa que vaigan a la escuela?

-Pos... Necesita asté ir a ver! Asté tiene los chamacos! De mis hijos se encarga mi mujer y yo no sé qué les piden.

-Al rato voy a ver tons!

-Ta güeno!

El encargado con un último pedazo de tortilla recorría el plato con los asientos de los frijoles para no dejar nada. Se levantó puso sombrero y se retiró dando las gracias por el taco. La niña que escuchó todo entró a la cocina para hablar con Porfiria.

-Si nos va a llevar a l'escuela?

-Pos... No sé pa que? Pero si le digo que no al encargao a lo mejor ya no nos da dinero y lo necesitamos! Y aluego ya no hallo que hagan en el día, tons a lo mejor ta' bien que vaigan!

-Yo si quero ir, a mí sí quiero aprender, veo munchas letras por hartos lados y quiero saber qué dicen.

-Ta' bien, apurate a lavar los trastes y amos a ver qué piden para que vaigan, ontá tu hermano?

-No está! Se jué con el charpe, ya sabe asté que nomás eso le gusta.

-Tons amos yo y tigo y ya vemos que hacemos.

Ambas se encaminaron a San José y llegaron a las humildes instalaciones de la escuela, una casucha de madera con pupitres muy lastimados por la humedad y tiempo, un pizarrón cuarteado amarrado con alambres a la pared, una mesa de madera vieja de patas muy delgadas funcionaba como escritorio donde el profesor, un hombre delgado con bigote y lentes arreglados con cinta adhesiva en una de las patas laterales guardaba un par de libros en un maletín de piel ya deteriorado.

-Güenas tardes!

-Buenas tardes señora! Dígame.

-Pos... Yo tengo dos chamacos que me regalaron y ya están en eda' de la escuela y pos... vengo a ver qué se necesita pa' trairlos!

El profesor sonrió, dejó el portafolios y la atendió gustoso!

-Me llega caída del cielo señora! Fíjese que tengo que tener un mínimo de estudiantes para que la escuela funcione, si no tengo esa cantidad de niños el gobierno me pide que vaya a otra escuela donde haga más falta y ahora mismo necesito dos alumnos más!

-Ah mire! Pos ya los traigo tons!

-Perfecto! Mandemelos mañana a las 8:00 y yo se los regreso a la 1:00. Solo voy a necesitar su acta de nacimiento.

-Su que?

-Acta de nacimiento. O si no la tiene su Fé de bautismo!

-Nooo! Pos no, no le digo a asté que me los regalaron? No tengo nada de eso!

-Mire, vaya a la presidencia y que le den un papel que diga que estan registrados, o a la iglesia donde los bautizaron y le den un documento que diga que son los niños que van a venir, sin eso no los puedo recibir.

-Ta' güeno! Voy a conseguir los papeles.

Salieron de la escuela y en lugar de tomar el camino a la hacienda tomaron rumbo a Nopalucan caminando. La niña preguntó:

-Onde vamos?

-A la iglesia por el papel, no oyites que se necesitan?

La pequeña apreció que Porfiria tomara acciones de inmediato para que pudiera ir a la escuela, pues recordaba que su propia madre siempre le decía que iría a la escuela a preguntar por lo necesario pero ni eso hizo alguna vez, tomó la mano de Porfiria y sin dejar de caminar puso su cabeza sobre su brazo. Porfiria la observó extrañada, era la primera muestra de afecto por parte de los hermanos y le gustó.

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