Un día normal en la Hacienda, los niños ocupando la tarde en juegos cuando el encargado llega a casa de Porfiria.
-Güenas Tardes seño!
-Güenas Tardes! me agarró sin nada de masa oiga asté! Pero tengo tortillas de la mañana, orita rápido le caliento taco de chile pasilla con nopalitos que hice de comer!
-Gracias, pero no se me ofenda si le digo que sea rápido porque tengo unas vesitas que hacer! Fíjese que ya vendí la cosecha que tengo a medias con unos rancheros y con Don Raúl y este año me jué muy bien. Le traigo asté unos centavos pa' los cuidaos de los chamacos.- mientras decía esto sacó un fajo grande de billetes de 100 pesos. Una cantidad de dinero que muy difícilmente Porfiria podría ver en su vida pues a la semana ganaba a lo mucho 90 pesos con jornales muy pesados.
-Ora! Cómo cree asté que tantísimo dinero! Con unos poquitos son suficientes pa' muncho tiempo! Lleve asté el resto y los siembra o no sé... Endemás, todavía tengo algo de lo que me dió la última vez.
-Por eso le doy esto mujer, porque se que asté lo sabe de cuidar, en veces el pato en agua se anda hogando y en veces ni agua bebe! Y no quiero que mis hijos pasen penas. Asté sabrá cómo cuida el dinero y si me muero o no me cae dinero en un tiempo, por lo menos ya sé que los chamacos estos no les faltará nada.
-Pos... Cómo quiera asté... Yo lo guardo si es ancina y si lo necesita le doy y si los chamacos necesitan algo de ahí voy agarrando! Es dinero de ñiños! Mío nada!
-Ta güeno! Así que sea, tons...- sacó una faja más pequeña de billetes de 50 y se los puso en la mesa.- estos son pa' asté solita por los servicios que me presta de cuida escuincles!
-Ora! Noooo! Guarde asté sus centavos!
-Agarre asté!... Este año me jué re bien y más que la verda' es que cuando me va bien y comparto se me multiplica! ... Agarrelos pues!
-Ta' bien. Si es así se los agarro pues. Voy a comprar cosas pa' unos de los vecinos que están re bien necesitados de huaraches y trapos!
-Lo que asté quiera! Es muy su dinero pues!...
Le sirvieron de comer al hombre que comía apresurado.
En el patio Gumersindo se quedó solo cuando su hermana se fué a jugar con sus amigas a hacer cazuelas de tierra y agua. Tomó su resortera y caminó buscando presa para comer, la bolsa llena de canicas de barro iba apuntando a ramas y hojas afinando puntería, para cuándo se dio cuenta ya estaba cerca del llano y su corazón latió muy fuerte cuando escuchó un tiro de una escopeta de chimenea, sabía de quién era, a lo lejos, del pastizal alto se levantó el tuzero, Gumersindo sintió un frío recorrer su cuerpo, una lágrima queria salir de un ojo y tenía ganas tremendas de orinar que apenas podía contener, no se podía mover de miedo, el tuzero iba directo a dónde estaba una de sus presas muerta por el disparo, Gumersindo quería esconderse pero no podía salir del shock, taquicardia lo atacaba cuando el tuzero voltea a su izquierda y lo ve que está a unos 80 metros, lo mira fijamente con una cara muy diferente a la que recordaba Gumersindo, se le veían muchas cicatrices y nariz dañada por los golpes que le propinó su padre, se le quedó mirando unos segundos, tomó la escopeta que llevaba al hombro en las manos y con desdén volteó hacia lado contrario y se fué dejando la tuza donde cayó, Gumersindo rápido desamarró el lazo que apretaba su pantalón y se dispuso a orinar al frente aliviado de que ese hombre no le hizo ni el más mínimo reclamo. Con ánimos renovados buscó con calma que cazar, encontró un conejo de 3 kilos gris, lo mató pero antes de agarrarlo notó que estaba lleno de pulgas, por lo que tuvo que esperar varios minutos a qué se enfriara y las pulgas dejaran el cuerpo inerte para tomarlo ya sin problema y llevarlo a casa para limpiar y destazar. Cuando llegó platicó a Porfiria de lo sucedido.
-... Y entonces que se va!... Yo pensé que me disparaba pero no! No hizo más que voltiarse y ni la tuza recogió aste cree?
-Ja!... De menso! Si nomás ya vites como lo dejaron por pegarte! Esos trancazos que le vites en la cara son los que le dió tu apá por ponerse con un chamaco!
-Noooo! Le pegó el encargao! Mi apá está en México y mi amá lo jué a buscar!
-Ora! Cómo crees? Si tu apá es Don Gumersindo el encargado! Porque crees que está tan al pendiente de astedes?
-Está aste mal señora! Mi apá está en México! Mi amá lo jué a buscar y cuando tenga casa y dinero viene por yo y mi hermana! Así nos dijo! Porque me miente?
-Yo.... Este!.... Pensé que ya sabían que... No me hagas caso me confundí tons!
-Mañana le voy preguntar ese señor porque dice que es mi apá si no es!...
-Pos... Si quieres pero yo soy la que se cuatrapió de pensamientos!...
-Ende todos modos mañana le voy preguntar porque tanto nos cuida o que!...
-Harás bien!... A ver qué te dice!
El niño terminaba de cortar la carne de la presa y Porfiria estaba poniendo chile a remojar para el otro día en un cajete de barro mientras se mordía un labio pensando en la indiscreción que había cometido.
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