Julieta está pensativa en el escalón del cuarto y ve a los vecinos que tienen muchas necesidades, algunos niños andan con ropas muy sucias y descalzos, juegan con tierra y algunas piedras o juguetes de madera tallados seguramente por sus padres. Arnulfo llegó y se sentó junto a ella.
-Porque viven así Arnulfo? No tienen aspiraciones? No quieren vivir mejor?
-Pues... No lo sé!... Mi madre nunca nos tuvo así pero creo que fue más por la buena fortuna que tuvo al trabajar en la casa grande y le obligarán a ser muy limpia y esto se volvió una buena costumbre. Después se casó con mi padre y le mostró como vivir mejor, si le intentó mostrar eso a los vecinos... Algunos le hicieron caso a medias y otros no, sin embargo date cuenta que no importa como vivan ni su apariencia, lo que aquí reina es el respeto lejos de juzgar...
-Pues... Si pero de verdad no entiendo a tu mamá, si tiene la oportunidad de estar mejor porque no lo hace? Se puede ir con nosotros y vivir muy bien. En lugar de estar aquí con esos guajolotes a los que les canta para que coman y ese marrano que ni corral tiene, porque negarse a lo bueno que te presenta la vida? ...
-No sé como explicar eso la verdad! Es mi madre y tampoco sé porque se niega a ir con nosotros pero ojalá con el tiempo tome una decisión distinta, voy a San Marcos a comprar carnes y otras cosas para guisar en los próximos días, pasamos una noche muy fría, compraré unas cobijas más y unos clavos y herramientas para hacer unos arreglos, me acompañas?
-Si, Camila está con ella y no creo nos extrañe, quiere mucho a tu mami y no la deja ni un momento. Sabes que me dijo ayer la niña?
-Qué?
-Qué ella se llama "Pofiria" no Camila! Que le diga así!
-Jajajaja! De verdad? Que ocurrente es!
-Ya me estuve peleando con ella y no logré nada! Le seguiré diciendo Camila para que no crea que su nombre lo puede cambiar a su gusto!
-Jajajaja! No te enojes! Es algo que seguramente es momentáneo! Hazle el gusto y llámala Porfiria, con el tiempo y más grande entenderá!
-No, no, ella se llama Camila Arnulfo!
-Todos lo sabemos mujer, tómalo como un juego de momento y ya poco a poco se le irá quitando.
-Mmmmm... Pues ya veré!!
-Anda, vamos a San Marcos y deja de hacer muinas.
En alguna parte del patio Porfiria y su nieta caminaban buscando hongos, salen después de un día lluvioso y es común ver a todos buscarlos en la siguiente mañana, con una canasta la pequeña Camila camina y dónde ve un hongo corre y lo recoge con cuidado como le enseñó la abuela, Porfiria se divierte y aunque ve los hongos hace como que no los distingue para que la niña tenga en qué entretenerse, la pequeña habla y habla, la abuela responde con paciencia todas las pláticas. Se cansan y se sientan en la sombra de un árbol de tejocote, Porfiria recoje tres que limpia en su delantal y se los da a comer a Camila, la niña prueba y come sacando las semillas de su boquita con sus pequeños dedos, las avienta según ella muy fuerte pero caen muy cerca de ella, Porfiria está feliz con la compañía, regresan a casa y nota que hijo y nuera no están y tampoco la camioneta, no puede evitar soñar que le dejan a la nieta para vivir con ella aunque sabe que eso es imposible, empieza a guisar los hongos con la ayuda de la nieta que sopla a la hornilla con el aventador de aire para que se avive la flama, hace tortillas y Camila emula a su abuela con pequeñitos círculos que le da para que ponga en el comal a cocer, cuando llegaron Arnulfo y Julieta el desayuno estaba ya listo, hongos fritos, huevos revueltos y café, Arnulfo sacó una bolsa con pan dulce y queso, todos se sentaron y Camila da una de sus minitortillas a su padre para que comiera, su padre sonríe y la acepta, Porfiria estaba feliz por la excelente mañana.
CAMILA -Papi, te gustó la tortilla? Yo la hice!
ARNULFO -Mucho hija, muy rica! Eres excelente cocinera.
JULIETA -Tienes que tener cuidado porque te puedes quemar Camila!
CAMILA -No me llamo Camila, me llamo Pofiria mami, ya te dije! Mi abue me prestó su nombre...
JULIETA -No te lo puede prestar hija! Es su nombre y no lo puedes usar porque tienes el tuyo!
CAMILA -Si me lo presta! Verdad abue? Todo me presta!
PORFIRIA -Haz caso a tu amasita! Tu tienes tu nombre mijita!...
-Yo me quiero llamar Pofiria! ... Porque no me dejan? Papi... Diles!!
ARNULFO - A ver... Porque te quieres llamar Porfiria?
CAMILA -Porque se oye bonito
ARNULFO - Y cuando le vas a devolver el nombre a tu abuela? Cuando te llamarás Camila otra vez?
CAMILA - Mmmmm... Cuando sea grande... Como mi mamá.
-CAMILA -Porque mi abue ya no va a estar, se va a ir al cielo como se fueron mis abuelos Don Pepe y Mariana (Los padres de Julieta) y va a necesitar ya su nombre para que Diosito la reconozca.
Julieta tenía un nudo en la garganta.
ARNULFO - Tu abuela necesita su nombre, tu tienes el tuyo, mejor se lo dejas y cada quien se queda su nombre! No sería justo que entre ustedes mujeres tengan el nombre prestado de la otra y yo? Con quién cambio?
CAMILA -... Está el cacahuate!
Todos rieron menos Camila que no entendía pues su comentario era muy serio para ella!
JULIETA -Esta bien Porfirita! Te llamaremos así por unos días de acuerdo? Pero luego le devolveras el nombre a tu abuelita porque a ella le hace falta!
CAMILA -Gracias mami!
Todos seguían comiendo y al terminar Porfiria hizo una pregunta:
-Mijo! Ya tienes hartos días aquí y no te he preguntado por algo que desde el primer día quero saber, pero... No sé si preguntarte...
-Dígame madre!
-Pues... Que sabes de tus hermanos? Sabes Ontan? Porque no me escriben ni se nada de ellos...
Julieta y Arnulfo se quedaron viendo con caras de extrema sorpresa.
-Madre! No leyó mis cartas?
-Ya le platiqué tu mujer que pasó con munchas cartas, verdad mija? Se quemaron varias y no me las pudieron leyer!
-... Pues...
Julieta apretó la mano de Arnulfo en señal de apoyo.
-Cajum...si sé dónde están madre!... Están lejos.
Arnulfo bebía un trago largo de agua!
-Quero verlos, me hago vieja y no quero morir sin saber de ellos...
-...Dejeme ver qué podemos hacer...
Julieta daba un par de apretones en su mano y veía de manera extraña, Porfiria lo notó!
-Si se puede mijo! Si no, nomás con que me escriban está bien.
-Voy a hacer lo posible porque los pueda ver madre!
-Gracias mijo!
Porfiria dió la espalda a la pareja y Julieta movía la cabeza negativamente y cerraba los ojos a la vista de Arnulfo.
Continuará
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